Jorge Luis Borges – La escultura-

El arte no es la menos misteriosa de las pasiones de los hombres. Desde un principio, desde un principio conjetural del primer capítulo de la Biblia, ha creado y sigue creando, universos paralelos al que nos dan los días y las noches. Los materiales que maneja son los colores, las formas, las otras percepciones, los movimientos, la memoria, la imaginación y el olvido.La escultura se dirige a la vez al tacto y a la vista, que es una extensión del primero. Adonis, en la fábula de Marino, recorre cinco deleitables jardines que corresponden a los cinco sentidos y tienen un valor alegórico. El último jardín es del tacto; el poeta previsiblemente, aprovecha las posibilidades eróticas de ese Edén.Por suerte, nadie – digamos en París o New York- ha cometido la insensatez de ensayar una escultura pura, que prescinda de la visión y que se limite a los placeres digitales de lo angular, de lo rugoso, de lo vítreo, de lo metálico, de lo liso, de lo convexo, de lo cóncavo y de lo áspero. Una pieza escultórica es notoriamente visual y casi cabría decir, infinita, ya que podemos contemplarla desde casi infinitos ángulos. En el caso de las efigies ecuestres, abarca la epopeya.En este momento recuerdo al Gattamelata y al Colleoni, esos dos bronces que se miran desde los lindes de Padua y de Venecia. Recuerdo en una plaza del Sur una estatua de Lee, los ojos vueltos hacia el Norte. Recuerdo haber tocado a la Esfinge, que Herodoto vio y definió, cargada de Sahara y de tiempo. Recuerdo las grandes formas de Henry Moore, que están a punto de ser humanas y que no salen de su magia. Recuerdo puerilmente dos leones victorianos de mármol, al pie de una escalera de mármol, jugando con serpientes en la sala de una estación de ferrocarril.Las esculturas son cuerpos entre los cuerpos, bultos foráneos que la invención del hombre intercala entre los demás que pueblan el espacio y cuya imagen, según el idealismo, puede ser el espacio. Curiosamente, su carácter material acentúa su carácter fantástico. Cada estatua es un Golem.Los psicoanalistas han divulgado un juego que consiste en preguntar a cada persona qué le sugiere una palabra. Dejo escrito aquí lo que me sugiere la palabra escultura.

Buenos Aires, catorce de junio de 1963*Prefacio de Jorge Luis Borges en Alberto Galardi, La scultura de Santiago CogornoJorge Luis Borges, El círculo secretoPublicado por Maren http://itinerariosenelarte.blogspot.com/search/label/Textos%20sobre%20arte

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