Esopo

Estaba asentada un águila en el pico de un peñasco esperando por la llegada de las liebres.Mas la vio un cazador, y lanzándole una flecha le atravesó su cuerpo.Viendo el águila entonces que la flecha estaba construida con plumas de su propia especie, exclamó:-¡Qué tristeza terminar mis días por causa de mis plumas!

Más profundo es nuestro dolor cuando nos vencen con nuestras propias armas.

Deja un comentario